ARCANO VII

"EL CARRO"

En el arcano precedente la decisión estaba por tomarse, en El Carro la decisión esta tomada.

Vemos en esta carta una figura a escala humana que representa a un príncipe que conduce su carruaje con dos bestias de tiro que tienen colores diferentes simbolizando a fuerzas antagónicas, pero el personaje sabe como armonizarlas para llevarlas por el rumbo que él quiere ir.

Es o de triunfo, de gloria, se lo asocia desde siempre con Alejandro Magno el joven y genial príncipe macedonio que llevo a Grecia y a su cultura hasta los confines mas remotos del mundo en esos momentos conocido, el se convirtió en algo mas que un griego, se lo homenajeo y respeto como algo mas que un hombre por sus contemporáneos. Así fue, luego, todos los conquistadores quisieron imitarlo;

Pompeyo; Julio Cesar, Carlomagno y hasta el mismo Napoleón.

Pero, en ¿en qué se diferencia la conquista por la fuerza y posterior sometimiento a una nueva autoridad de la gloria? En la conquista por medio de una victoria militar se somete a un pueblo, se lo podrá esclavizar, quizás hasta exterminarlo o dispersarlo por el mundo, pero nunca se lo convencerá de nada .

La gloria consiste precisamente en eso en vencer y convencer y el conquistador además de someter irradia su lengua, su cultura y costumbres de tal forma que desplacen a la cultura de sus nuevos súbditos, que terminan alabando y victoreando a quienes los sometieron.

Si no se tienen en cuenta estos conceptos, la victoria es pasajera, un espejismo que anticipa una gloria aun no lograda y se cae en la seducción de creer ser algo mas.

Cuando un general romano desfilaba triunfalmente en Roma con su corona de laureles después de una campaña exitosa entre los vítores y ovaciones del populacho que lo adulaba, un esclavo del estado se ubicaba detrás y sosteniéndole la corona le gritaba al oído en forma intermitente "recuerda que eres mortal"como advertencia ante la sensación del triunfante general de sentirse un dios.

Cuando tomamos una decisión y queremos llevarla a los hechos debemos siempre someterla a un examen racional y no dejarnos tantas veces llevarnos por impulsos irresponsables producto de querer hacer realidad un sueño, la aventura es apasionante, pero si se toma como forma de vida es peligrosa, hace que los sentimientos prevalezcan por sobre la razón y si nos equivocamos en el rumbo llevamos al fracaso a nosotros y a quienes nos acompañan.

La realidad es difícil de interpretar, quizás el ser humano nunca se conforme con lo que él es y quiera transformar ese ambiente que lo agobia, pero hacerlo por el camino correcto que a veces es duro, lejano y ciertas veces inalcanzable, y en oportunidades se cae en la tentación que ofrece el atajo temerario, ese peligroso corte de calles que nos expone al peligro y que no mide los medios para conseguir los fines propuestos.

Cuando estemos en esa disyuntiva contemplemos al príncipe en su carro, él nos ayudara a vencer las dificultades de la complicada ruta armonizando las fuerzas que pugnan por desviarnos de nuestra meta, ofreciéndonos fáciles y falsas soluciones.